Lenguaje informativo y diversidad funcional

El tratamiento informativo de las diversidades funcionales no ha sido el mismo a lo largo de los años. De forma paralela a la evolución de las denominaciones oficiales el lenguaje informativo ha variado aunque a veces con matices.

Hace no tanto tiempo el uso de palabras como "subnormal", "mongolico" u otras análogas en referencia a las personas con discapacidad intelectual y especialmente a quienes padecen Sindrome de Down era algo que por desgracia estaba al corriente incluso en los medios de comunicación. Afortunadamente las campañas informativas y el trabajo de concienciación ha corregido esa conducta hasta desaparecer.

Sirva lo anterior de ejemplo de conductas que han ido mejorando la percepción social de las personas con diversidades funcionales a lo largo de los tiempos recientes en nuestro país. Por desgracia no siempre ha sido así. Ya que es escaso el empleo de intérpretes de la lengua de señas para personas con discapacidad auditiva en la televisión, en aquellos espacios que no permiten subtitulos, lo que dificulta el acceso a la información, algo que en cambio en otros tiempos era más habitual. Es evidente que el impulso tecnológico que podría haber llegado aquí no se aplica de una manera correcta.

No cabe duda, que la aparición de las personas con discapacidad en los medios de comunicación se ha ido normalizando, ya es frecuente verles en informativos, espacios deportivos sin olvidarnos de programas específicos como "Para todos" de TVE. Esencial es, sin duda, que incluso haya personas como Pablo Echenique, dirigente de Podemos, en altos cargos de la política española, lo que permite un mejor impacto social.

Si algo hemos defendido en este blog es que la mejor vía para la integración parte de la educación pero también de la visualización social y esta llega esencialmente a través de la televisión con un correcto trato y a su vez con apariciones en programas de "prime time", especialmente en series de éxito que permite al espectador percibir a las personas con diversidades funcionales con total normalidad, tal y como ha sucedido con el colectivo LGTBi en los últimos años.

Pese a los avances, no cabe duda que aun queda trabajo por hacer y especialmente ir rompiendo moldes que permitan hacer de la discapacidad, de la diversidad funcional, algo común en la sociedad y en los medios informativos y de entretenimiento.